jueves, 8 de mayo de 2014

Adiós, Ryan.

Cada día estoy más convencido de que el tiempo pasa más rápido de lo que nos dicen. Parece que fue ayer cuando ganamos el Mundial, y han pasado 4 años, ¡4 años! Eso es mucho tiempo, tiempo suficiente incluso para olvidar.

Esta realidad es innegable y en el fútbol las cosas cambian continuamente, los equipos van evolucionando y ocurre aquello a lo que los expertos llaman "cambio generacional". Los clubes van dejando atrás a las viejas glorias y cuando te quieres dar cuenta ya no queda nada de aquel equipo al que tanto amaste. El Milan de Sacchi, el Madrid de los Galácticos, el Arsenal de los Invencibles... Todos ellos han sucumbido al temeroso paso del tiempo.

Un paso del tiempo que conlleva consecuencias, a veces duras de reconocer. Los ídolos tradicionales pasan a un segundo plano, y de un día para otro se terminan desvaneciendo. Algo así podríamos decir que ha ocurrido en Old Trafford. El eterno Ryan Giggs ha llegado al final de su carrera. Tras varios años contemplando desde nuestros televisores el ocaso interminable de su fútbol, ha llegado el día en el que dice nos adiós. Un adiós amargo.

La mala temporada del United ha nublado su marcha, pero sin duda siempre será recordado en las gradas del United. Durante 24 años ha maravillado a Europa, ya sea de mediocentro, de interior o de mediapunta, el galés siempre gustaba. Desde la discreción y la humildad ha llegado a lo más alto del fútbol y se ha consagrado como uno de los grandes. Seas del United, del Arsenal, del Newcastle o del Albacete, cuando ves a Ryan Giggs solo puedes levantarte y aplaudir. 

Pero como ya he dicho antes, el tiempo pasa mucho más rápido de lo que nos dicen, y ni los más grandes se salvan de sus garras. Nadie quería que llegase este momento, pero ya está aquí. Se nos va uno de los grandes, una de las piezas de la historia del fútbol. Adiós, Ryan.


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